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lunes, 24 de agosto de 2015

Shunko - Jorge W. Abalos

Los niños de quienes aquí te hablaré son changos santiagueños, pastores de la pequeña majada de sus padres; niños que encontrarás en cualquier región de nuestra provincia.
Éstos son changos saladinos "shalacos" ribereños de ese río esquivo que junto con el Dulce no alcanzan para el gigante sediento que es Santiago del Estero.
Participan del dolor de la tierra sin saberlo. La vida es dura, pero ellos ignoran porque no conocen otra. Quizás son felices.
Deseo mostrarte a través de Shunko cómo sienten y cómo ven ellos. Ignoran la mayor parte de las cosas que vos y yo sabemos, pero saben muchas otras que vos y yo ignoramos.
¿Por qué he dado vida a Shunko? Porque no lo conoces y quiero que sepas que existe. Y si a través de estas páginas descubres que tiene problemas, que sepas que esos problemas; algún día quizá esté en tus manos aliviárselos.
FUENTE: Editorial Losada. Buenos Aires 1978. Vigésimo segunda edición.
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Jorge Washington Ábalos, de familia bandeña, nació circunstancialmente en la ciudad de La Plata el 20 de Septiembre de 1915. En 1933 se graduó de maestro normal en Santiago del Estero y al año siguiente fue designado para desempeñarse en escuelas rurales del interior cercanas al Río Salado, región quichuista santiagueña. Entre ellas la de Puente Negro que, según Mariano Medina, “marcó su vida para siempre, y fue ambiente de sus más importantes relatos”. 
 Vieja escuela Nª 502 de Puente Negro, departamento Avellaneda, Shunko, destruída por la acción implacable del tiempo. 1981
A raíz de que el joven maestro sufrió la picadura de un escorpión y también por otras inquietudes comenzó a colaborar con el destacado médico sanitarista Dr. Salvador Mazza. Poco tiempo después lo hace también con Bernardo Houssay, enviándole gran cantidad de Latrodectus vivas, para la elaboración de suero antilatrodectus. 
Esta tarea tuvo repercusiones en la prensa, por lo que el gobierno de la provincia de Santiago del Estero le ofreció una beca para desarrollar estudios sobre Triatominae en el Instituto Oswaldo Cruz de Río de Janeiro, cumplido lo cual se dedicó a la investigación y a la docencia universitaria en la Universidad de Tucumán. 
En esa ciudad se casó con Leoni Albaca, con quién tuvo tres hijos: Jorge, Iván y Gabriel. 
De regreso a Santiago fundó el Instituto de Animales Venenosos que hoy lleva su nombre; y finalmente se radicó en la ciudad de Córdoba, donde se desempeñó como docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y fundó el Serpentario de Córdoba. 
 En el laboratorio. Hacia 1964.
Realizó numerosos cursos de capacitación en distintas parte del mundo y en el año 1968 ganó la beca Guggenheim para permanecer un año en la Universidad de Harvard. 
Su obra literaria más conocida, ”Shunko” (1949), fue traducida a varios idiomas, llevada al cine por Lautaro Murúa (1959) y premiada por la UNESCO, como patrimonio de la cultura universal. 
Escribió también “Cuentos con o sin víboras”(1942), “Animales, leyendas y coplas” (1953); “Lapachos” (1958); “Norte pencoso” (1964); “Terciopelo, la cazadora negra” (1971); “Coplero Popular” (1973), “Shalakos” (1975); “Don Agamenón y Don Velmiro, diálogos zoo- folklóricos” (1973) y además muchísimos trabajos científicos y de divulgación. 
Al fallecer en 1979, en la ciudad de Córdoba, dejó inconcluso el libro “Coshmi” que junto a “Shunko” y “Shalacos” conforman una trilogía que comparte la cosmovisión de los santiagueños quichua hablantes y su entorno. 

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