"Tally sólo pudo contemplar la escena unos segundos antes de cerrar los ojos, pero sabía que nunca lograría borrar de su mente aquel espectáculo dantesco... El brazo que asomaba por la puerta abierta del coche, tan rápido como si fuera de un espantapájaros, había sido carne, músculos, venas y sangre palpitante, pero ya no lo era".
"Ha habido un asesinato, o para ser más exactos, una de esas muertes sospechosas. En mi opinión del jefe de la brigada de bomberos tal vez se trate de un asesinato. Nevielle Dupayne ha muerto en un incendio producido en su jaguar, que encontraba aparcado en el interior de un garage del museo".