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martes, 15 de julio de 2014

Gabriel García Márquez - La Mala Hora



"Pastor apareció en el vano de la puerta desatornillando la boquilla del clarinete. Era un muchacho magro, recto con un bozo incipiente alineado con tijeras.
Cuando vio a César Montero con los tacones afirmados en el piso de tierra y la escopeta a la altura del cinturón encañonada contra él, Pator abrió la boca. Pero no dijo nada. Se puso pálido y sonrió... La casa tembló con el estampido, pero César Montero no supo si fue antes o después de la conmoción cuando vio a Pastor del otro lado de la puerta, arrastrándose con una ondulación de gusano sobre un reguero de minúsculas plumas ensangrentadas."

"Cuando pasen las lluvias mejorarán las cosas- dijo Carmichael.
-No pasarán- pronosticó la viuda- las desgracias nunca vienen solas. ¿Usted vió a Rosario Montero?. El Señor Carmichael la había visto. Todo esto es un escándalo sin motivo -dijo- si uno presta oídos a los pasquines termina por volverse loco."

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